Es justo describir el impacto de la COVID-19 como impredecible y generalizado, afectando a todos los niveles de la sociedad, incluida la seguridad alimentaria. Los bancos de alimentos de todo el mundo han trabajado arduamente para cubrir las necesidades emergentes, pero la magnitud del problema es enorme.
Recientemente, el Banco de Alimentos del Gran Chicago informó que en mayo atendió a un 76 % más de personas que en enero. Según una encuesta reciente realizada por la Red Global de Bancos de Alimentos a 47 bancos de alimentos, «el 94 % reporta una necesidad urgente de alimentos, mientras que el 85 % ha tenido que modificar sus métodos de distribución para satisfacer esta creciente demanda».
Asimismo, Feeding America, descrita como la principal organización benéfica de ayuda alimentaria de Estados Unidos, informó que casi todos los bancos de alimentos “han visto un aumento en la demanda, del 10 al 200 por ciento, con un aumento promedio del 59 por ciento”.
El aumento en el número de servicios se ve agravado por la menor disponibilidad de voluntarios debido a la COVID-19, la disminución de las donaciones debido a la incertidumbre económica individual y las recientes compras descontroladas de alimentos en los supermercados, lo que ha generado una menor disponibilidad de alimentos.
Los retos y las necesidades son muy reales, y Griffith Foods reconoce la importancia del trabajo de estas organizaciones y la dedicación de su personal y voluntarios. Asimismo, nos comprometemos a apoyar sus importantes esfuerzos.
Guiados por nuestro propósito, que combina cuidado y creatividad para nutrir al mundo, colaboramos con socios para abordar las necesidades emergentes y urgentes. Dado que los efectos de la pandemia aún persisten, hemos aplicado este propósito al apoyo de la Red Mundial de Bancos de Alimentos (GFN).
Al inicio de la pandemia, comenzamos a colaborar con GFN y quienes luchan en primera línea contra la inseguridad alimentaria para comprender sus necesidades más apremiantes. En esas conversaciones, descubrimos que, además de donaciones de alimentos, la organización necesitaba donaciones monetarias para movilizar sus operaciones y alimentar de manera eficiente y efectiva a la mayor cantidad de personas posible. En respuesta, Griffith Foods convirtió el 100 % de sus contribuciones planificadas en donaciones inmediatas y sin restricciones, lo que significa que el banco de alimentos tiene la libertad de destinar los fondos a sus necesidades más urgentes y aprovechar la donación para obtener fondos equivalentes. No solo recibieron el dinero antes de lo previsto, sino que también pudieron aprovechar nuestra donación y obtener fondos equivalentes.
La nutrición no proviene solo del plato.
Nuestro apoyo a los bancos de alimentos va más allá de la simple provisión de alimentos. A nivel local, Griffith Foods ha colaborado con el programa de desarrollo laboral del Banco de Alimentos del Gran Chicago para capacitar a adultos desempleados y subempleados e incorporarlos al sector alimentario. El programa, llamado Cocinas Comunitarias de Chicago, es un curso de capacitación gratuito de 14 semanas que ofrece a los estudiantes experiencia práctica en diversas técnicas culinarias y eventos, incluyendo la preparación diaria de almuerzos y la participación en servicios de catering. Gracias a este programa, el 90% de los graduados ha encontrado empleo en el sector, trabajando en algunas de las cocinas profesionales más prestigiosas de Chicago, como Hot Chocolate, Nico Osteria, Urbanbelly, entre otras.
La filantropía se manifiesta de muchas maneras. En Griffith Foods, seguiremos apoyando a nuestras comunidades mediante el voluntariado local, donaciones en especie y obsequios que generen un impacto positivo. Esto, como todo lo que hacemos, está al servicio de nuestro propósito: combinar cuidado y creatividad para nutrir al mundo.
